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Tema: “¿Es el trabajo una imposición de la vida para mantenerte en ella?, o, ¿es para ti una expresión de tu ser?”

Hola, cómo están, bienvenidos al Programa de Rock and Business, por que la pasión tiene diferentes formas de expresión: Rock & Business.

Soy Mario Brieño, y el día de hoy presentamos una Cápsula con el Tema: “¿Es el trabajo una imposición de la vida para mantenerte en ella?, o, ¿es para ti una expresión de tu ser?”

Hagamos las preguntas: ¿Son los viernes mi mejor día de trabajo en la semana, porque está acabando?

¿son mis domingos por la tarde impregnados por una sensación de ansiedad pues el lunes amenaza con llegar?

El trabajo es un tema importante que nos tiene ocupados la mayor parte del tiempo -los que al menos tienen un trabajo-, se levantan y se preparan para ir a trabajar, trabajan en promedio 10.4 horas al día, se transportan en promedio 3 horas, regresan a descansar del trabajo, y, por si fuera poco, comparten anécdotas, asuntos y problemas relacionados al trabajo con su pareja o con su familia.

De quienes les hemos preguntado, -que si tienen trabajo-, 7 de cada 10, se quejan de su trabajo, o no se sienten valorados, o bien pagados, o no ven oportunidad de crecimiento, o no se sienten seguros y estables en su trabajo, o incluso, tienen problemas interpersonales frecuentemente. O alguna combinación de estos hallazgos.

Muchos de ellos se encuentran en un trabajo donde no pueden expresar lo mejor de sus personas, de lo que saben y podrían hacer.

Pero muchos otros, no tienen trabajo.

Jóvenes entre los 19 y 29 años, en todo Latinoamérica, la mitad, no tiene trabajo y para 2017 eran más de 169 millones de personas. Es decir, más de 80 millones de jóvenes latinoamericanos no tiene empleo actualmente.

Otro dato interesante, es que casi la mitad de las mujeres abandonan la vida laboral, por cuidar a sus hijos.

Pero uno de los más impactantes, es que, a nivel mundial, el 75% del esfuerzo laboral es realizado por la mujer, quien no posee más del 1% de la riqueza.

Por otro lado, las empresas se quejan de alta rotación de personal, los trabajadores se quejan de trabajos mediocres y mal pagados.

Dijimos que 7 de cada 10 se quejan de sus trabajos. ¿y los tres restantes?

2.7 lo ven como una responsabilidad, no como obligación, le dan un mejor sentido y lo hacen con decoro, pero de ello a que se sientan en un trabajo que represente la oportunidad de expresar lo mejor de su potencial, no.

El 0.3%, o sea, 3 de cada 100 de los que sí tienen trabajo, lo ven como una oportunidad para expresar lo mejor de su potencial, su pasión y su talento. Se despiertan en las mañanas con la automotivación suficiente para hacer frente a los problemas, agradeciendo la oportunidad de aportar lo mejor de sí mismos a un trabajo que representa retos, barreras y también, satisfacciones y logros.

Pero solo 3 de cada 100.

¿Qué hicieron ellos para lograr que su trabajo se convirtiera en una oportunidad de ejercer su vocación, y esto fuera algo genuino y no solo una jactancia que enmascara nuestra frustración?

En una película que se llama “this must be the place” donde actúa Sean Penn, hay una escena donde el protagonista “Cheyenne”, está en un restaurante de comida rápida y pide una hamburguesa, cuando se la dan, está quemada, y Mary interpretado por Eve Hewson, le dice: Bueno, está quemada, pero, ¿qué le vamos a hacer?, lo interesante es la respuesta que le da Cheyenne, le dice: “Sabes cuál es el Problema Mary? Que nuestra vida pasa de un instante donde dices: “Mi vida va a ser así”, a otro donde decimos “Así es la vida”

Esto me hace preguntarme, ¿Cuándo bajamos la guardia?, por qué ahora nos conformamos con un trabajo, si es que lo tenemos, o buscamos uno donde nos paguen mejor, donde ya la importancia de “expresar nuestro ser”, pasa a segundo o tercer término.

¿Qué hacen los que encuentran su pasión y de eso hacen una vida laboral y profesional que representa lo mejor de ellos?

De los 3 de 100 que lo logran, muchos de los que están en este porcentaje, lo lograron por alguna epifanía, y mucho compromiso para seguir su sueño, mucha valentía para salir de su zona de confort. Otros, porque tuvieron la fortuna de ser impulsados por sus padres, o por maestros o por alguien, que lo observó, y le dio una pequeña ayuda, como dice la canción de los Beatles: “with a Little help from my friends”

Pero, y que hay del otro 97% de quienes consideran el trabajo como una responsabilidad, y le dan el significado más virtuoso, o quienes, de plano, se quejan de trabajos que distan mucho de ser lo que ellos querían en su vida.

Hace ya muchos años, platicando con quien entonces era mi jefe, un gran amigo y un líder nato, un doer o hacedor, me hizo un comentario que me cuestionó grandemente y no de una forma amable, tampoco desagradable, solamente podría decir que fue firme, con sarcasmo y mordacidad, pero con un objetivo en mente, pues yo era su padawan.

Recuerdo que yo argumentaba, que “lo que debíamos de hacer, lo que realmente la empresa para la que trabajaba debía hacer, era, lo que yo decía”, se lo argumenté de diferentes formas, ante su escucha paciente y analítica.

Hasta que me dijo, “el día que quieras hacer lo que tú quieras para una empresa, -para la cual trabajas-, mejor pon tu propia empresa”

Su respuesta me impactó. De un cubetazo de agua entendí, que si yo estaba en su empresa era por mi gusto, que yo fui quien ofreció sus servicios laborales, y él me aceptó, me dio la oportunidad de trabajar para su empresa, aportando lo mejor de mí, los objetivos los definían ellos, los directivos, quienes escuchaban nuestras propuestas para “cómo” lograrlos de la mejor forma. Ahí estaba nuestro aporte, entonces enfoqué mis esfuerzos para ofrecer soluciones, impulsarlas con asertividad, dando más de lo que a mi parecer era proporcional a lo que era mi remuneración. Con buenos resultados, no precisamente de esa empresa, sino de la vida misma.

He conocido a muchos trabajadores que buscan la forma de encontrar o construir sus propias oportunidades laborales, en mi trabajo de consultoría. También a muchos directivos que persiguen objetivos y no cuentan con el equipo para lograrlo, ni con las competencias para construir ese equipo.

He conocido a muchos alumnos de postgrado que se quieren actualizar para contar con las competencias suficientes si la vida o su trabajo, les da una oportunidad de crecimiento.

Dice un autor muy reconocido, que en las empresas las únicas cosas que se reproducen por si mismas son los problemas, la fricción y el mal desempeño.

La mayor parte de las empresas, y los trabajadores de mandos tácticos o directivos, se la pasan resolviendo problemas, atendiendo urgencias, de temas que no fueron atendidos oportunamente.

Y para ello, los latinoamericanos somos muy buenos, para resolver problemas, cómo sea, pero es el problema que grita más fuerte o el que nos ponen enfrente y nos piden resolver.

Hay otro dato que me parece importante considerar, el promedio del ciclo de productividad de los trabajadores latinoamericanos es de 14 años, y a partir de ese punto, comenzamos a no ser tan importantes para las empresas, pues tenemos mayores necesidades y responsabilidades, pero ya vienen otras generaciones empujando fuerte, con sus propias necesidades, compitiendo por una oportunidad laboral, con juventud y son más baratos, y aguantando que los trabajos sean con prestaciones menores incluso, con tal de conseguir una oportunidad.

Casi el 50% de los trabajos no tienen buenas prestaciones, algunas veces ni siquiera las establecidas por la ley.

La clave está en la capitalización de la experiencia, del conocimiento y del talento de estos trabajadores para aumentar su esperanza de vida productiva y contar con más años de productividad que sea deseable y valorada por las empresas. Y la forma de capitalizar estas competencias y habilidades de los trabajadores, está en la actualización de sus competencias, sin embargo, la calidad educativa dista mucho de ser actualmente un impulsor, cuando debería de serlo.

Nuestra región latinoamericana desprecia el conocimiento valioso, somos de los que menos leemos a nivel mundial, tenemos los menos avanzados sistemas de educación, nuestros valores se han deteriorado cada vez más, tenemos el índice de suicidios más alto del mundo.

La tristeza, el estrés, la ansiedad, las adicciones, la delincuencia, la pobreza, la indiferencia, la confrontación, la depresión y la frustración, entre otras, son el resultado de nuestra indiferencia y de nuestra necedad.

¿Puede ser diferente?

Sí, claro que sí.

La clave está en la educación y la cultura. Pero son elementos que requieren tiempo para dar sus frutos.

La educación de calidad no es garantía de éxito económico, pero sí de mejor calidad de vida.

Los jóvenes desde algunos años ya, tienen metas en su vida que quieren lograr de manera rápida, seguimos teniendo sueños, que son más parecidas a las ensoñaciones, el 80% de los jóvenes en la actualidad tienen la meta de volverse ricos, el 50% de volverse famosos, y unos cuantos, porque la mayoría se queda en esa etapa de ensoñación, solo unos cuantos, persiguen esos objetivos.

La abundancia de los productos milagro que encontramos en internet, deslumbran a quienes quieren conseguir ese éxito de manera rápida y terminan perdiendo su tiempo y su esfuerzo.

Sin embargo, no todos están así.

En nuestro trabajo, hemos encontrado que quienes salen adelante y forman parte de ese porcentaje tan pequeño para lograr que su trabajo se convierta en una expresión de su ser, de lo mejor de ellos. Son los puntos siguientes:

  1. Definen un propósito profesional y sus objetivos profesionales
  2. Descubren su propio potencial y lo alimentan con conocimiento relevante y de calidad
  3. Generan ideas y propuestas, entendiendo la ley de causa y efecto, que les hace ver que, para recibir, hay primero que dar
  4. Se ponen en acción y no cambian de objetivo, perseveran
  5. Enfrentan las barreras no como obstáculos infranqueables, sino como lecciones aprendidas
  6. Aman lo que hacen, aunque haya cosas que no sean de su agrado, o las prefieran
  7. Sacrifican los placeres chiquitos por satisfacciones trascendentes y de alto significado.

En próximas cápsulas de nuestro Programa Rock and Business, haremos énfasis en una serie de propuestas y tips, para aumentar nuestro nivel de confiabilidad y poder ser competitivos en nuestro trabajo, así como para generar empleos y bienestar.

No olvides regalarnos un comentario y compartir estas cápsulas que están hechas para ti.

Proximamente, más cápsulas, entrevistas, reportajes y rock and roll…

Porque la pasión tiene diferentes formas de expresión Rock and Business.

Mario Brieño

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